Edith, formada en las encrucijadas de las ideologías que han generadolas convulsiones del siglo pasado, y víctima de ellas en Auschwitz,está destinada ahora como Copatrona de Europa a señalar las rutas delretorno a Dios. También Edith, admirando a Teresa, Doctora de laIglesia a sus veinticuatro años, aporta nuevas dimensiones a su famoso ?caminito?, atajo hacia el corazón del Padre de todos. Esta obratrata de la relación del hombre con Dios a la luz de la razón, hastasus últimos posibles confines colindando con la fe. Por ello abre elcamino para una reflexión al alcance de todo ser humano de buenavoluntad, con independencia de cualquier credo religioso.